martes, 13 de diciembre de 2016

LA LEYENDA DEL SILBÓN - LEYENDA VENEZOLANA

En Venezuela y Colombia existe una figura legendaria que responde al nombre de “El Silbón” y que habita y al que se le honra especialmente en la región de Los Llanos, A menudo descrito como un alma en pena, se cree que su leyenda nació y se hizo popular hacia la mitad del siglo XIX.

Cuenta la leyenda que se trata de un joven fantasma que habría matado a su padre, como venganza por haber este primero asesinado a su novia. Tras este trágico suceso, su abuelo habría mandado que atasen al chico a un palo situado en el medio del campo y, no contento con esto, habría ordenado darle latigazos en la espalda para luego enjugar sus heridas con ginebra y, más tarde, liberarlo por fin entre perros rabiosos y hambrientos.

Por si todo esto fuera poco, antes de dejarlo en libertad su abuelo le maldijo y le impuso la terrible condena de acarrear con los huesos de su padre por el resto de la eternidad.

El apelativo con el que se le conoce, “El Silbón”, le viene dado porque se dice de él que posee un silbido muy peculiar que se parece muchísimo a la escala musical do, re, mi, fa, sol, la, si cantada en ese orden y entonándola de manera que el silbido va subiendo hasta llegar al fa, para luego ir bajando el tono hasta llegar al si.

Del mismo modo, la gente cuenta que si escuchas ese silbido tan característico muy cerca de ti entonces no te encontrarás en peligro ya que, en contra de lo que pudiera parecer, el Silbón estará lejos pero, en cambio, si lo escuchas muy a lo lejos deberás temer: ya que él estará muy cerca de ti.
Algunos otros creen que escuchar ese silbido siempre es presagio de la propia muerte.


LA LEYENDA DE LA RUNA MULA - LEYENDA PERUANA

Hay una leyenda amazónica que habla de los castigos del adulterio. Una leyenda que hace alusión a los comportamientos libertinos entre hombres y mujeres y a las trágicas consecuencias que estos pueden desembocar. La Runa-mula sería la materialización física del adulterio, una mujer cegada por el deseo que ha recibido su condena.

Cuenta la leyenda que las mujeres que sucumben a los amores prohibidos (hombres casados, miembros de la iglesia o relaciones con cualquier hombre si esta está casada) corren el riesgo de transformarse en algo que les cambiará la vida para siempre.

Las noches de luna llena un jinete misterioso, vestido completamente de negro, llega a la casa de una de estas mujeres y comienza a lanzar una serie de palabras al aire. Su voz poco a poco va transformando a la elegida en un ser mitad mujer mitad mula, y automáticamente este híbrido sale al encuentro de la voz que lo reclama.

El jinete de ropajes negros monta la Runa-mula y comienza una larga noche en la que los castigos físicos más crueles se imponen a la infiel. La azota, la golpea y ésta sólo puede defenderse mediante estridentes relinchos que se escuchan en todas las casas del lugar alertando a los habitantes de la zona de que allí hay una mujer impura.

Al día siguiente la mujer se levanta totalmente magullada en su cama. No recuerda absolutamente nada, sólo puede observar atónita una serie de heridas que por alguna razón han aparecido en su cuerpo. Por el contrario, la gente sí sabe que ha sucedido, y a partir de ese momento, si se ven esos cardenales, esa mujer habrá desvelado su más oculto secreto.

La leyenda asegura que este jinete misterioso es el mismísimo Diablo, que con este comportamiento quiere dejar claro que el alma de esa mujer ya es suya por realizar esos actos impuros. Al mismo tiempo recuerda al resto de habitantes de la zona que nadie está libre de recibir ese castigo.





LA CIGUAPA

Cuenta una leyenda procedente de la República Dominicana que existe una mujer de rasgos indios, conocida como la Ciguapa, cuyos pies están orientados en sentido inverso, y que suele aparecer de noche, normalmente cerca de los lechos de los ríos o las corrientes de agua. Se las considera como entidades malvadas, dotadas de poderes mágicos y que habitan en las regiones remotas de las montañas.

De piel morena y ojos rasgados, las Ciguapas no llevan ropa ni vestido alguno, su cuerpo sólo está cubierto por su larguísima cabellera. Su anatomía, además del detalle de los pies al revés, suele ser grotesca en sus proporciones, no guardando las debidas medidas propias de los humanos.

Hay quien la describe como pequeñas y bajitas, de piernas delgadas y abundante vello por todo el cuerpo y existen diferencias entre los que afirman que son increíblemente bellas de rostro, en contraste con su extraño cuerpo, y los que dicen que su cara es terrorífica. En lo que si hay acuerdo es en que su carácter nunca es amable, tirando más bien hacia la melancolía y la maldad más aviesa.
De su garganta no brotan sonidos humanos, sino más bien unos extraños quejidos o gritos similares al canto de un pájaro y todo hombre que se tropiece con ella corre el peligro de caer en su embrujo, lo cual no suele terminar bien para la víctima. También se dice que le gusta robar la sal y carne cruda de las cocinas, cosa que sólo hace cuando la dueña legítima de la misma no está vigilando.

Esta criatura mitológica sólo puede ser capturada de noche (con la Luna creciente) y utilizando para ello a un perro blanco, pero el precio de su cautiverio es alto, ya que la Ciguapa puede llegar a fallecer debido a la melancolía de ser prisionera.

Según nos cuenta la leyenda, se mueve por los bosques de noche, y en ocasiones utilizan las ramas de los árboles para dormir, aprovechando cualquier ocasión para embrujar a un caminante desprevenido, que haya tenido la mala suerte de cruzarse en su camino y mirarla directamente a los ojos.



BLUATSAUGER - EL VAMPIRO DE BAVARIA

El Bluatsauger es una criatura procedente de la región de Bavaria, en Alemania, y se caracterizan por su pálida apariencia y por el hecho de que se alimenta únicamente de sangre, que puede ser tanto de origen animal como humano. Ya se les conocía en las leyendas de la Edad Media y se dice de ellos que son las almas perdidas de aquellos que, o bien no fueron bautizados o terminaron cayendo en el laberinto de las artes oscuras y la magia negra.

Pese a que muchas de las leyendas sobre el Bluatsauger se han perdido, quedan remanentes en las tradiciones cristianas posteriores, en las que se aseguraba que estas criaturas huían despavoridas ante la mención del Señor. También se les asocia con la Plaga (la peste negra), y se dice de ellos que suelen aparecer tras un brote de esta terrible enfermedad, y popularmente se atribuía al primer fallecido por la peste de haberse convertido en un Bluatsauger (algo tan injusto para la víctima como difícil de demostrar).

Según nos cuenta la tradición, la forma para evitar que un Bluatsauger pueda abandonar su ataúd es colocarle al fallecido un racimo de uvas bajo la barbilla, a falta de lo cual también se les ponía una moneda en el interior de la boca. Estos métodos no evitarán que un fallecido se transforme en Bluatsauger, pero si que se supone que le impiden salir en busca de víctimas.

Al igual que ocurre con los vampiros, para acabar con un Bluatsauger es necesario enfrentarse directamente a él, pero la dificultad principal radica en su morfología, ya que carece de huesos y su deforme cuerpo puede estar además recubierto de un oscuro y grueso pelaje, según la versión que tomemos.


En uno de sus puños guarda celosamente un puñado de tierra procedente de su sepultura, rasgo que adoptaría el mítico Drácula de Bram Stoker. La tierra sirve para hacer que la víctima elegida se la trague, lo que le llevará a una inevitable transformación. Al contrario de como sucede con los vampiros clásicos, el Bluatsauger sólo muerde para alimentarse, nunca para conseguir aliados.


LA SALLANA

El origen de esta leyenda mexicana lo encontramos en la época colonial. Durante aquellos días, en Villavicencio, vivía una mujer criada en una familia aristocrática. Estaba felizmente casada con un hombre honorable y querido por el resto de ciudadanos. El matrimonio contaba además con un hijo pequeño.

Esta mujer contaba con todo lo necesario para disfrutar de una vida feliz y llena de comodidades. No obstante, vivía obsesionada con todo lo que se decía de ella y su familia. Un carácter neurótico y celoso hacía que la mujer vigilara constantemente a su marido; y es que aunque al parecer el hombre estaba plenamente enamorado de ella, nunca era suficiente. La duda de los celos siempre abordaba a esta mujer.

Intentaba evitar todo tipo de chismes, pero era muy difícil, pues rondaba constantemente los lugares en los que se veía a su marido, indagando y buscando signos de traición.

Un día llegó a sus oídos un rumor que terminó por destrozarle la vida a ella y a toda su familia. Al parecer, las chismosas del pueblo comenzaron a difundir que su marido le era infiel con su propia madre. La joven se volvió literalmente loca. No atendió a razones y decidió creer completamente esta serie de cotilleos que se esparcían como la pólvora por el pueblo.

Así, sin preguntar a ambas partes si la historia era real o no, degolló a su marido mientras dormía y lo descuartizó cegada por los celos. Su hijo no corrió mejor suerte, pues también fue asesinado por sus propias manos.

Tras estos crímenes se dirigió a la casa de su madre, la apuñaló y posteriormente quemó su casa para no dejar huella alguna de lo que había hecho.

Justo antes de que las llamas alcanzaran a su madre, medio muerta y sin fuerzas, la misma recobró fuerzas para hablar por última vez a su hija asegurándole que había cometido el peor pecado: matar, y es por ello que estaría condenada. Su nombre sería a partir de ahora Sallana, y vagaría por los llanos asustando a borrachos y chismosas sin descanso alguno.

A partir de ese momento, la joven se aparece vestida de negro por los llanos de la comarca. Camina sola por la calle y atrae la atención de sus víctimas cuando están cerca, normalmente personas que han bebido en exceso. Una vez tiene contacto visual con ellos, abre su ropaje y deja ver su cuerpo y su verdadero rostro, un rostro espeluznante marcado por la muerte y la desolación.

Cuenta una de esas leyendas cortas que suelen oírse que, al parecer, la Sallana también persigue a las mujeres que no tienen otra cosa más que criticar y crear rumores. Así, intenta vengarse de aquellas que terminaron con su feliz vida, las chismosas.


LA FIURA

Se dice que Fiura viene de figura, y también de furia. La figura de Fiura está inmersa dentro de la mitología chilena. Según las fuentes nos encontramos ante una mujer de aspecto horrible, que habita los bosques, acompañada de su marido y padre el Trauco. Hija de La Condená, busca de los hombres su aliento, para disfrutar sexualmente de ellos quedando estos tullidos, pero plenamente satisfechos. En su búsqueda se apodera de los niños de las familias para criarlos como suyos, y es capaz de arrancar cabeza, manos y miembros a cualquier persona, o con su aire provocar la mayor de las epidemias.

Esta era la historia que los chilenos antiguos contaban a sus hijos para que no marcharan solos por los bosques o caminos solitarios. Según dicen tenía por costumbre bañarse en cascadas con agua limpia y pura, y desprendía dulces cánticos, con voz melódica, para atraer a sus víctimas. Se escondía por los matorrales para no ser descubierta.

También se dice que se podía seguir el rastro de Fiura por las cantidades de comida que deja a su paso, su alimento preferido es la espinosas chauras. Su fuerza y su destreza era tal, que los hombres temían combatir con ella en el bosque, ya que decían que era como atacar a una sombra.
Las familias del sur de Chile temían a la Fiura, ya que ésta adoptaba posturas imposibles y mostraba muecas a todo aquel que se encontraba con ella. Su rostro era impenetrable, con ojos tan rasgados que apenas se le veían claramente, y su enorme nariz tapaba su cara por completo. Se dice de ella que era coqueta a pesar de que su fealdad era comparable a las peores pesadillas de los hombres. Solía danzar por los pantanos, y parar para ver su feo rostro reflejado en algún charco. Para después peinarse con un peine de plata.

La leyenda de la Fiura cuenta que era imposible curar las heridas que podía crear, tan solo en contadas ocasiones. Se trataba de un ritual que solo los machis, consejeros del antiguo pueblo Mapuche, eran los sacerdotes capaces de contrarrestar las heridas causadas por la fiereza de la Fiura. Sus ordenanzas decían que para salvar el mal causado por el ataque debían raspar su piel con piedras de mármol de iglesias antiguas. Para las deformaciones que podía causar era preciso recoger una rama de enredadera al amanecer, rama que luego era llevada hasta el enfermo y golpeada con fuerza hasta que brotase la savia. Después la rama debía ser lanzada al mar y esperar la recuperación del enfermo.

Esta leyenda está muy extendida por Chile, formando parte de su folclore y sus costumbres. Algunos cuenta que son varias las fiuras que llegaron a existir, y su poder era tal que ningún hombre podía luchar realmente contra ella, y solo los sacerdotes y magos eran los encargados de enfrentarse a su malicia.

Mezcla entre historia y mitología, la Fiura es un personaje legendario dentro de la historia.



LA LEYENDA DE LA MARICUCHILLA

Antes de convertirse en el espectro en pena conocido bajo el nombre de Maricuchilla, María era ya una joven misteriosa y bella como la Luna. Todos los jóvenes de Oviedo deseaban su compañía, pero ella se mostraba siempre fría y desdeñosa, y los rechazaba con una actitud que en muchas ocasiones llegaba a la crueldad. En el fondo de su corazón, María se regocijaba con malsano placer al observar el sufrimiento de sus pretendientes.

Un día llegó a la ciudad un ermitaño, famélico y desaliñado, que se instaló en una cabaña de las afueras. Se trataba de un hombre santo que pasaba sus días rezando al Señor y vivía de las limosnas que los buenos samaritanos depositaban en su sombrero los domingos por la mañana, cuando todo el mundo acudía a la catedral.

En una de estas ocasiones, sucedió que María se fijó en él y le pareció que debajo de aquella barba desgreñada y aquellos andrajos se escondía un hombre apuesto. Durante los días siguientes, dio muchas vueltas a esta idea, y soñó largamente con la que según ella debía de ser la auténtica apariencia del ermitaño, de tal manera que al final acabó por enamorarse de él.

Decidida a que fuese suyo, María acudió a su cabaña e intentó seducirlo. Al principio, el ermitaño la rechazó con una sonrisa benevolente, pero después se limitó a ignorarla y continuar rezando. En jornadas sucesivas María lo volvió a intentar, sin obtener nada, a pesar de que había puesto en práctica todas las artimañas que conocía (y otras que ella misma había discurrido).
Por primera vez, la altiva María probaba las hieles del desamor, para descubrir tan solo que no soportaba que la desdeñasen.

En aquel momento podía haberse dado por vencida, pero, en lugar de eso, prefirió hacer algo que lamentaría por toda la eternidad: solicitó la ayuda de una bruja cuya habilidad para conseguir cosas mediante la magia había hecho famosa en toda la comarca.

En el lóbrego sótano de su casa, delante de María, la bruja invocó al Diablo, quien se presentó sin demora y prometió a la joven que intervendría para hacer que el ermitaño cayese rendido a sus pies. Por supuesto, ella tendría que pagar un precio a cambio. Debía coger la cuchilla que en aquel momento le tendía y con ella sacrificar a un niño de su propia familia en una gruta cercana a la choza del ermitaño. María dudó, pero algo maligno la llamaba desde el interior de aquella hoja de metal. Como en un sueño, vio su mano alargarse y cogerla.

A la noche siguiente sacó a su hermano pequeño de la cuna, lo apretó entre sus brazos y salió sigilosamente de casa. Bajo la luz de la Luna, cruzó la ciudad hasta llegar a las afueras, en donde no tardó en encontrar la cueva que el Diablo le había indicado. Con la mano derecha sujetó al bebe por las piernas, mientras con la izquierda extraía la cuchilla del bolsillo de su falda. La fría hoja de metal saludó con júbilo a la Luna.

Cuando su hermano dejó de moverse, María recobró la razón. Miró entonces con horror su frío cuerpecillo y la sangre que manchaba las rocas de la cueva, en una cantidad tal que parecía inverosímil, y comprendió la magnitud del crimen que acababa de cometer. Desesperada, corrió a buscar la ayuda del ermitaño, quien comenzó a rezar con devoción preguntándole al Señor cuál era su voluntad. Por fin éste le contestó: María quedaba condenada a permanecer en aquella cueva, limpiando la sangre de las piedras con su cuchilla, durante el resto de sus días mortales y aún después, hasta que consiguiese limpiarla por completo.

Pero tanta es la sangre y tan profundamente ha calado en las rocas, que es imposible que María complete nunca su tarea. De hecho, algunos dicen que todavía hoy, en determinadas fechas se la puede ver arrodillada, con el rostro desfigurado por la desesperación y la ropa convertida en jirones; apenas una sombra llorosa que raspa las piedras de la gruta con su brillante cuchilla. 


LA LEYENDA DEL FUTRE

Esta leyenda nació en la Mendoza, Argentina, según dicen, cuando el ferrocarril estaba desarrollando sus ramales hacia la cordillera, a principios del Siglo XX. Existen varias versiones acerca de esta historia, pero lo cierto es que el personaje del Futre es igualmente recreado en todas: un ser fantasmagórico, que se aparece a caballo, sosteniendo su cabeza entre las manos, dispuesto a atropellar o a matar del horror a aquél que se interpone en su camino.

Se cree que esta leyenda fue importada a la provincia de Mendoza desde la que es recreada por Washington Irving, “La leyenda de Sleepy Hollow”, es decir, la leyenda del Jinete Sin Cabeza, por las grandes similitudes existentes entre ambas.

Lo cierto es que bien pudieron haberla hecho viajar con ellos los inmigrantes que llegaron a tierras mendocinas para trabajar en los ferrocarriles; y esta es una opción imposible de ser descartada… Ya que esta leyenda se repite, con sus variantes, en numerosos pueblos de Latinoamérica, sobre todo en aquellos en donde llegaron por cuestiones laborales gentes de habla inglesa.

El Futre, ya que con este nombre es conocida la espectral aparición, se aparece vestido casi de etiqueta en Mendoza… Y sosteniendo su cabeza en la diestra. ¡Menuda sorpresa para quien se lo encuentra!

Presenta aquí también, como en los restantes lugares, sus variantes. La leyenda mendocina en concreto fue adjudicada a un personaje existente, un extranjero de apellido Foster (de ahí el sobrenombre de la aparición, que deriva de este apellido) que actualmente se encuentra enterrado en el cementerio de Uspallata. Comentan las crónicas que este personaje era un empleado del ferrocarril que tenía a su cargo el tendido del ramal hacia Las Cuevas. Su trabajo era pagar los jornales a los obreros que trabajaban en las vías.

Un buen día, el solitario empleado llegó al campamento ferroviario con el fin de cumplir su cometido, pero una emboscada de ladrones acabó con su vida, desapareciendo el dinero de los jornales que debían pagarse… Así también como su cabeza. Se barajó la hipótesis de que hubieran sido los mismos jornaleros quienes lo hubieran hecho, cansados de los abusos de este hombre, y que hubieran desaparecido su cabeza por algún ajuste de cuentas; pero lo cierto es que nada fue comprobado.

Desde entonces, el Futre se aparece a quienes tienen alguna cuenta pendiente que pagar, principalmente, con la justicia. Por ello se dice que el Futre no está entre las gentes, sino está en la conciencia sucia de los malhechores. 


MORRIGAN - REINA DE LOS ESPECTROS

Conocida por varios nombres: La Morrigu, Morrigan, Morigan, Morrighan, Morgana. Es una diosa celta venerada y conocida por cada uno de estos nombres desde Irlanda hasta Gales e Inglaterra. Sin embargo, también existen ciertos apelativos que definen un poco mejor su condición: la “Gran Reina”, que quizás sea el más popular y conocido, pero hay otros como “Diosa Suprema de la Guerra”, “Reina de los Espectros”, “Reina de los Fantasmas”, “Lavador en el Vado”.

Morrigan es, en si misma una diosa muy compleja pues esta compuesta por una Tríada como sucede con otros dioses o diosas celtas. Morrigan es la diosa de la guerra y de la muerte y hasta se podría agregar de la destrucción. Pero también representa la renovación; la muerte que da a luz a una nueva vida, el amor y hasta el deseo sexual. De más esta decir que tanto la vida como la muerte están muy unidas en el universo celta. Morrigan es doncella, madre y viuda.

No olvidemos la importancia del número tres (3), la triada, es un símbolo de la Totalidad y la eternidad, entre otras simbologías. Morrigan forma parte de una tríada con dos nombres más: Badbh (deidad de las batallas) y Macha(deidad de la Soberanía). Es la misma diosa con diferentes aspectos y facetas. Incluso se la relaciona con la “Gran Diosa Blanca” “La Gran Madre”, “La Diosa Luna”, “La Reina de las Hadas”, que era Dana ( Dé Ana) (Diosa Ana, o Anu), en su aspecto más sombrío, o con Nemain que es una deidad de la locura y el panico en la guerra, en cualquier caso Morrighan forma una Trinidad. Si tomamos la triada con Dana, Badh y Macha representaría una trinidad del Destino y en conjunto son llamadas “La Morrigan”, tres aspectos diferentes de la misma Diosa.

La Morrigan es la diosa de la muerte que asume la forma de un cuervo(es metamorfa y puedo convertirse en lo que desee pero su forma preferida es de cuervo o la corneja que son aves muy parecidas y carroñeras).

En las leyendas irlandesas Morgan, es La Morrigan a la cual se invocaba a la batalla por medio de una incitación de los cuernos de guerra o de los graznidos de los cuervos. Los cráneos de los caídos en batalla eran llamados “las bellotas de La Morrigan”, es decir, de la Diosa del Destino humano.
Fue amante de reyes, ayudó a los Tuatha dé Danann en sus batallas. Está escrito que intentó seducir a Cuchulainn, héroe celta, presentándose como una atractiva joven, dado que éste era el mejor guerrero celta irlandés de una época y quien repartía más muerte en sus combates. Sin embargo, fue rechazada por éste, desdeñándola por acudir al fragor de la batalla. La Morrigan consternada le atacó, 
cambiando de forma, anguila, lobo, vaca, pero Cuchulainn siempre la vencía, al final lo llevó hacia su destino. Descendió sobre él, como mensajera de la muerte que es, en forma de cuervo, cuando ya estaba herido a punto de morir, atado a un árbol. Y más de una vez se le presentaba a los guerreros en forma de esta ave avisándole de su inminente muerte.

Pero sus profecías no siempre son mortuorias, sino que en ocasiones sus sabios consejos son tenidos en cuenta, como ocurrió cuando aconsejó al Daghda, para tratar con los fomorianos, enemigos de los “Tuatha dé Danann”.

Se decía de ella, que cuando los soldados celtas estaban en el campo de batalla y veían o escuchaban a La Morrigan sobrevolando, sabían que había llegado el momento de trascender; Entonces daban lo mejor de sí realizando todo tipo de actos heroicos, enardeciéndose en la batalla y despreciando la propia muerte. La muerte para los celtas significa un comienzo en el Otro Mundo de ahí el termino de “trascender”. Lo peor en la batalla, no era morir, sino caer prisionero o quedar tullido.

En la cultura Celta la muerte representa la trascendencia de la vida y el inicio de un nuevo ciclo. Pero aún en este aspecto sombrío, otorgaba una gran seguridad a los guerreros.

También la escuchaban arengando a las masas y se imitaban sus gritos que infundían además de ánimo en quien los emitía, espanto en el rival.

De igual forma es símbolo del amor carnal y hasta de cierta promiscuidad sexual, pero carente en todo momento de culpa, dado que los antiguos celtas no veían el sexo como algo de lo que se debía sentir vergüenza propia o ajena, ni inmoral, ni lleno de pecado o culpa.

En una ocasión se presentó esta diosa triple, por Samhain, ante el Daghda, dios de la Tribu y a horcajada sobre un río tuvieron una relación sexual. No en balde, es diosa de la fertilidad y del emparejamiento, así como deidad soberana, identificándose y uniéndose a la Tribu a la Tierra de Irlanda en la simbología del coito con el Daghda, Dios de la tribu.

Cuando aparece en los arroyos, lavando los ropajes de aquellos que van a morir, como acaeció con Cuchulainn, es vista como el heraldo de la muerte y es llamada el “lavador del vado”.
Otra lectura que podemos entresacar de las deidades femeninas celtas, y de La Morrigan , en concreto, es la gran importancia y relevancia de lo femenino, en todas sus facetas, en unas gentes que no obstante, dejaban buena constancia de sus cualidades viriles, pero respetando el papel femenino e incluso igualándolo al del hombre, en todos los aspectos positivos o negativos. Con casi todos los derechos y obligaciones. No en balde se dice, que para la época en que vivieron, las mujeres celtas eran las que estaban más en igualdad de condiciones entre los pueblos paganos de aquellas épocas, por encima de griegos y romanos específicamente, a los que se considera hoy en día, casi como los civilizadores de la Europa “bárbara”.

Ella misma profetizó el fin del mundo de la siguiente manera:
“Veremos un mundo que no me querrá; habrá veranos sin pétalos, ganado sin leche, mujeres sin pudor, hombres sin valor, conquistas sin ningún fin… Bosques sin árboles, mares sin habitantes, juicios en falso contra hombres ancianos y sabios, malos defensores corruptos, todo hombre, un traidor; todo hijo, un ladrón. El hijo irá a la cama del padre, el padre a la cama del hijo. Cada uno de sus hermanos lo será por ley. No buscará a ninguna mujer fuera de su casa…En un tiempo malo, la indecencia engañará a su padre, a su hermana defraudará…” 



SÚCUBO

El súcubo (del latín succŭbus, de succubare, «reposar debajo»), según las leyendas medievales occidentales, es un demonio que toma la forma de una mujer guapa para seducir a los hombres, sobre todo a los sensibles e incluso a los monjes, introduciéndose en sus sueños y fantasías, para tener relaciones sexuales con ellos. De esta manera, absorben la energía del hombre para mantenerse, y a menudo, llegan hasta tal punto, que los enferman con distintas dolencias físicas y espirituales, y hasta pueden dejarlo agotado o incluso matarlo.

Los súcubos más conocidos son Lilit, Abrahel, Baltazo, Bietka, Filotano, Florina Vasordiel, Mancerinio. Uno de los más relevantes en la demonología es Lilit. En general son mujeres de gran sensualidad, persuasión y carácter emulativo. Lilit, se transformaba en una mujer de opulentas formas a la que gustaba seducir a los artistas para que la utilizasen como modelo en sus creaciones, especialmente si se trataba de motivos religiosos.

Según el Malleus Maleficarum, o Martillo de Brujas, los súcubos coleccionan el semen de los hombres con los que durmieron. Éste lo usarían para embarazar a las mujeres. Así, se suponía que los niños que serían engendrados, serían más susceptibles a la influencia de los demonios.

Según algunas creencias, los súcubos se podrían transformar en íncubos con el semen recientemente recogido impregnando a sus víctimas. Este hecho respondía a la creencia de que los demonios no podían reproducirse naturalmente, sin embargo los íncubos podrían fertilizar a las mujeres. El tener hijos con retraso mental o alguna deformidad era señal de que uno o ambos padres eran demonios.
En el siglo XVI, una talla de un súcubo fuera de una posada, indicaba que también funcionaba como burdel.


Etimología

La palabra «súcubo» proviene de una alteración de succuba, procedente del latín y que significa prostituta. La propia palabra deriva del prefijo sub- que significa «debajo de, debajo», y del verbo cubo, que significa «yo quedo». Por lo que súcubo es alguien que queda bajo otra persona, mientras que un incubus (latín in-, la posición en este caso es «en la cima») es alguien que queda encima de otra persona.
La leyenda de los súcubos es una explicación del fenómeno de las poluciones nocturnas y la parálisis del sueño.

Apariencia

La apariencia de los súcubos varía, en general, tanto como la de los demonios; no hay ninguna apariencia o pintura definitiva. Sin embargo, se suelen pintar casi universalmente como mujeres seductoras desnudas con una belleza no terrenal, a menudo con alas demoníacas; de vez en cuando, en ellos se dan otros rasgos demoníacos, como pueden ser, los cuernos, una cola con una punta terminada en triángulo, con ojos de serpiente, cascos de caballo, colmillos, serpientes enrolladas a su cuerpo, etc. De vez en cuando, simplemente aparecen como una mujer atractiva en los sueños, en los que la víctima no puede deshacerse de ella, ni olvidarla. Los súcubos atraen varones y en algunos casos, el varón ha llegado a enamorarse de ella. Incluso fuera del sueño, ella no deja su mente. Siguen agotando lentamente la energía de su víctima.
En muchos manga, anime y videojuegos japoneses, el súcubo se suele representar con unas grandes alas que crecen de su espalda.

La creencia oriental

Una versión conocida del súcubo en la creencia oriental es el um al duwayce (أٌم الدويس). Ésta retrata al súcubo como una mujer bonita, atractiva y perfumada que vaga por el desierto sobre un asno. Ella intenta atraer a los hombres, para así tener relaciones con ellos mientras, con la vagina dentada que posee —unas afiladas «navajas de afeitar» dentro de su vagina—, les rebana el pene, para así dejar al hombre agonizando de dolor. Habiendo dejado al hombre desvalido, ella toma la forma del hombre y lo mata. Algunos creen que además se los come vivos.
Actualmente
Las experiencias de visitas sobrenaturales claras pueden ocurrir por la noche en forma de alucinación hipnogógica. Hasta el momento, las emisiones nocturnas y otras ocurrencias sexuales o misterios son, en algunas culturas y círculos, culpa de un demonio que pecado como un súcubo.

Lista de súcubos

Ejemplos de súcubos extraídos de la mitología y la fantasía son:
* Abrahel
* Baltazo
* Bietka
* Filotano
* Florina Vasordiel
* Mancerinio
* Fiura (Mitologia Chilena (Chilota) (Mujer del Trauco)
* Lilit y los Lilim (Judaísmo)
* Lilitu (Sumerio)
* Rusalka (eslavo)




LUZ MALA

La Luz Mala es uno de los mitos más famosos del folclore argentino y folclore uruguayo. Consiste en la aparición nocturna de una luz brillante que flota a poca altura del suelo. Esta puede permanecer inmóvil, desplazarse, o en algunos relatos, perseguir a gran velocidad al aterrorizado observador. Muchas veces aparece a una distancia cercana al horizonte.

Descripción y Leyenda

Estas manifestaciones son muy temidas, ya que se identifica comúnmente a la luz mala como un ‘alma en pena’, el espíritu de un difunto que no recibió sepultura cristiana. Ante un encuentro, se recomendaba popularmente decir una oración y luego morder la vaina del cuchillo; como último recurso, se las debía enfrentar con un arma blanca, ya que las armas de fuego resultaban inefectivas.
En el noroeste argentino también se le da el nombre de luz mala al ‘Farol de Mandinga’, fosforescencia que suele verse en cerros y quebradas durante los meses más secos, luego de caer el sol. Se asegura que el Farol de Mandinga aparece en lugares en los que hay enterrados tesoros de oro y plata, y que la luz es el espíritu del antiguo dueño tratando de alejar del lugar a los extraños. La tradición dice que el 24 de agosto (día de San Bartolomé) estas luces son más brillantes por influencia del diablo, ya es el único día del año en que Satán se libra de la vigilancia de los ángeles, y aprovecha para atraer las almas ingenuas que codician los tesoros.

Existe también la creencia de que la luz mala son huesos de bovino desenterrados y que emiten una fosforescencia a la luz de la luna.

En la actualidad se acepta que el mito tiene su origen en el fenómeno real de los fuego fatuo, fosforescencias producidas por la descomposición de materias orgánicas sobre el suelo o enterradas a poca profundidad. También se sugiere que muchos casos pueden explicarse como avistamientos de rayos globulares.

Generalmente nadie cava donde sale la luz por el miedo que la superstición les ha producido. Los pocos que observan bajo la luz siempre han encontrado objetos metálicos o alfarería indígena. Ésta al ser destapada despide un gas a veces mortal para el hombre, por lo que los lugareños aconsejan tomar mucho aire antes de abrir el objeto encontrado, o hacerlo cubriendo nariz y boca con un pullo - manta gruesa de lana - o con un poncho.

Cuenta Hipólito Marcial que: "La luz blanca que aparece en la falda del cerro es buena, donde entra hay que clavar un puñal y al otro día ir a cavar(...)va a encontrar oro y plata. De la luz roja huyan o recen el Rosario, se dice que es luz mala, tentación del diablo". 


POLYBIUS - EL JUEGO MAS PELIGROSO DE LA HISTORIA

El nombre de Polybius hace referencia a un videojuego arcade que ha dado vida a una de las leyendas urbanas, con respecto a videojuegos, más famosas de la historia.

Las teorías de conspiración nos encantan, y a pesar de que con el tiempo muchos han sido los que han desmentido una y otra vez esta historia, tirando por tierra todos sus argumentos, lo cierto es que siempre queda una duda de si Polybius realmente existió.

La leyenda, de origen desconocido, dice que fue lanzado al público en 1981. Esta sería la fecha elegida por una misteriosa compañía llamada Sinnesloschen (Pérdida de los Sentidos) para distribuir un gran número de máquinas recreativas por Oregon.

Los jóvenes que jugaron durante el tiempo que se mantuvo en los recreativos, comenzaron a experimentar unos efectos secundarios un tanto extraños. Pesadillas por la noche, pánico inexplicable, episodios de odio injustificado, pérdida de memoria y estrés. Según se comentó posteriormente, este tipo de juego podía provocar locura en incluso incitar al suicidio. Sin duda alguna una máquina creada expresamente para acabar con la vida de personas.

Muchos de los testigos aseguraban ver a hombres vestidos de negro observando durante todo el día las máquinas y tomando notas sobre los comportamientos de sus usuarios, así como de aquellas personas que alcanzaban mayor puntuación. Evidentemente son cosas que no se pueden probar, pero forman parte de esta leyenda.

En el lado más extremo de la leyenda, hay quien dice que muchos jugadores comenzaban a percibir rostros fantasmales a su alrededor, mientras jugaban, que podían ser visto de forma fugaz por el rabillo del ojo. También aseguran que de vez en cuando en la pantalla salían mensajes subliminales, difíciles de leer. Incluso hay quien asegura que en un momento dado aparecía de forma velada la frase “Kill Yourself”.

Muchas son las series, programas y juegos que se han hecho eco de esta leyenda. Por ejemplo, los Simpson tienen un capitulo en el que sale la supuesta máquina asesina con un cartel que pone propiedad de los EEUU. En uno de los juegos de los Sims también hay una máquina recreativa que intentaría ser una parodia de la leyenda.

A pesar de que constantemente se ha dicho que este juego nunca existió. Lo cierto es que por internet se pueden encontrar toda clase de recreaciones que imaginan como habría sido en el caso de que efectivamente hubiera existido.



LA LLORONA

Consumada la conquista y poco más o menos a mediados del siglo XVI, los vecinos de la ciudad de México se recogían en sus casas con el toque de queda, avisado por las campanas de la primera Catedral; a media noche y principalmente cuando había luna, despertaban espantados al oír en la calle, tristes y prolongadisimos gemidos, lanzados por una mujer a quien afligía, sin duda, honda pena moral o tremendo dolor físico.

Las primeras noches, los vecinos se resignaban a santiguarse por el temor que les causaban aquellos lúgubres gemidos, que según ellos, pertenecían un ánima del otro mundo; pero fueron tantos y tan repetidos y se prolongaron por tanto tiempo, que algunos osados quisieron cerciorarse con sus propios ojos qué era aquello; y primero desde las puertas entornadas, de las ventanas o balcones, y enseguida atreviéndose a salir a las calles, lograron ver a la que, en el silencio de las oscuras noches o en aquellas en que la luz pálida de la luna caía como un manto vaporoso lanzaba agudos y agónicos gemidos.

Vestía la mujer un traje blanco y un espeso velo cubría su rostro. Con lentos y callados pasos recorría muchas calles de la ciudad, cada noche tomaba distintas calles, pero siempre pasaba por la Plaza Mayor (hoy conocida como el Zocalo de la Capital), donde se detenía e hincada de rodillas, daba el último angustioso y languidísimo lamento en dirección al Oriente; después continuaba con el paso lento y pausado hacia el mismo rumbo y al llegar a orillas del lago, que en ese tiempo penetraba dentro de algunos barrios, como una sombra se desvanecía entre sus aguas.

"La hora avanzada de la noche, - dice el Dr. José María Marroquí- el silencio y la soledad de las calles y plazas, el traje, el aire, el pausado andar de aquella mujer misteriosa y, sobre todo, lo penetrante, agudo y prolongado de su gemido, que daba siempre cayendo en tierra de rodillas, formaba un conjunto que aterrorizaba a cuantos la veían y oían, y no pocos de los conquistadores valerosos y esforzados, quedaban en presencia de aquella mujer, mudos, pálidos y fríos, como de mármol. 

Los más animosos apenas se atrevían a seguirla a larga distancia, aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla desaparecer llegando al lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no pudiéndose averiguar más de ella, e ignorándose quién era, de dónde venía y a dónde iba, se le dio el nombre de La Llorona."

El Origen de la Llorona
El antecedente mas conocido de la leyenda de la llorona tiene sus raíces en la mitología Azteca. Una versión sostiene que es la diosa azteca Chihuacóatl, protectora de la raza. Cuentan que antes de la conquista española, una figura femenina vestida de blanco comenzó a aparecer regularmente sobre las aguas del lago de Texcoco y a vagar por las colinas aterrorizando a los habitantes del gran Tenochtitlán.

"Ay, mis hijos, ¿dónde los llevaré para que escapen tan funesto destino?", se lamentaba.
Un grupo de sacerdotes decidió consultar viejos augurios. Los antiguos advirtieron que la diosa Chihuacóalt aparecería para anunciar la caída del imperio azteca a manos de hombres procedentes de Oriente. La aparición constituía el sexto presagio del fin de la civilización.

Con la llegada de los españoles al Continente Americano, y una vez consumada la conquista de Tenochtitlan, sede del Imperio Azteca, años mas tarde y después de que murió Doña Marina, mejor conocida como la "Malinche" (joven azteca que se convirtió en amante del conquistador español Hernán Cortés), se decía que esta era la llorona, la que venía a penar del otro mundo por haber traicionado a los indios de su raza, ayudando a los extranjeros para que los sometieran.

Las "Otras" Lloronas
Esta leyenda se extendio a otros lugares del Pais, manifestandose de diversas maneras. En algunos pueblos se decía que la llorona era una joven enamorada que habia muerto en vísperas de la boda y traía al novio la corona de rosas blancas que nunca utilizó.

En otras partes, se creía que era una madre que venía a llorarle a sus hijos huerfanos.
Algunos afirman que es una mujer que ahogó a uno de sus hijos y por la noche lo busca a lo largo de los riachuelos o quebradas, exhalando prolongados lamentos.

Otra descripción de la llorona es la siguiente:
Mujer de figura desagradable, alta y desmelenada, de vestido largo y rostro cadavérico. Con sus largos brazos sostiene a un niño muerto. Pasa la noche llorando, sembrando con sus sollozos lastimeros, el terror en los campos, aldeas, y aún en las ciudades.
Se hace referencia a este personaje acorde con la tradición oral, donde se le define como una madre soltera que decidió no tener a su hijo y por eso aborta, acarreándole esto el castigo de escuchar permanentemente el llanto de su niño. Este castigo la desesperó y la obligó a deambular por el mundo sin encontrar sosiego, llorando, gimiendo e indagando por el paradero de su malogrado hijo.